Sesión 4: La Lechuza Blanca
Nightal 20, 1480 DR (Year of Deep Water Drifting)
Durante los días previos a la partida de Tortelín, el gnomo Eldon hizo saber al grupo que se iba, al enterarse de una posible bóveda encontrada en la región. Jorah solicitó al templo de Tyr el servicio de un clérigo que los acompañara hasta Loudwater, con el objetivo de utilizar magia para hablar con el cuerpo difunto de una de las víctimas de los slaads. Se puso a disposición un medio-elfo llamado Quarion, apodado "Timmy".
El grupo se reunió en la torre Blackstaff a despedir a Tortelín que volvía a su plano natal, Mecanus. Los Grey Hands se encargaron de la logística, proveyendo al mago que abriría el portal y una sala adecuada para dicho propósito. El modron prometió hacer todo lo posible para ayudarlos a cumplir el objetivo de derrotar al mago Agrunar y al slaad Azriim. Sin mucho más, el modron cruzó el portal.
Jorah asomó la cabeza por el portal para echar un vistazo y vio que el portal estaba suspendido varios pies encima del suelo, por lo cual rápidamente se arrepintió de su decisión. La curiosidad del halfling Baracus lo obligó a ver por si mismo, pero apenas se acercó, un enano apareció por el portal e impactó contra él de contundente manera. Sorprendido, el mago sosteniendo el hechizo perdió la concentración y el portal se cerró. El grupo anonadado miraba al recién llegado, que se incorporó pidiendo disculpas y se presentó como Golgron "Murderbeard", al tiempo que bebía tragos largos de una bebida de fragancia extraordinariamente fuerte, directo de la botella... parecía haber estado macerado en esa bebida por toda su vida.
Luego de las introducciones pertinentes, el enano relató como llegó a estar en Mecanus. Miembro de la Gutbuster Brigade, junto a otro compañero fueron contratados por un tal Lord Siracus, noble de Waterdeep, para recuperar un cargamento de gemas preciosas. Entre los contratados, había un ranger, un rogue y un bardo, que junto a Murderbeard y su compañero Thibbledorf Pwent, partieron rumbo norte buscando rastros de la carreta que llevaba el cargamento. La memoria de Golgron estaba ahogada en alcohol, por lo que no recordaba como llegaron a un pueblo en ruinas dentro de un bosque, abandonado claramente, con rastros de incendio, donde se encontraron con un grupo de slaads. El grupo combatió con efectividad pero cuando quedaban pocos slaads en pie, apareció un mago con alas demoníacas que en pocos segundos se encargó de silenciar al bardo, cegar al ranger y controlar la mente del rogue. Los dos enanos cargaron contra él pero no llegaron a destino; un hechizo transportó a Murderbeard a Mecanus, sin rastros de Thibbledorf. Aterrizó en un disco metálico, que flotaba a cientos de pies del suelo. Ahí permaneció, sin poder ir a ningún lado, por no sabe cuanto tiempo, ya que en Mecanus el cielo siempre es mitad de día y mitad de noche. Para su fortuna, el portal que abrieron los Grey Hands apareció cerca de su ubicación y así pudo volver al plano material.
Decidieron hablar con este noble y así verificar si alguno de los compañeros de Golgron habían logrado volver. Siracus reconoció al enano inmediatamente. Lamentablemente, ninguno de los integrantes del grupo había aparecido. Por otro lado, Jorah asumió que el pueblo que describía el enano eran las ruinas de su pueblo natal, por lo que buscó cartógrafos y viejos aventureros que pudieran confirmar su sospecha. Encontró en Durnan, dueño del Yawning Portal, antiguo aventurero y cuidador de la entrada a la Undermountain, la información que buscaba. Le marcó en el mapa la zona del High Forest donde el pueblo se ubicaba.
Al día siguiente, partieron junto a Timmy hacia Loudwater. En una de las noches que pasaron a la intemperie, el elfo Erdan se despertó al escuchar unos ruidos de pasos... más bien de corridas. Gritó la alerta y todos se pusieron en pie. Al acercarse los atacantes, vieron que estos eran orcos, cinco en total, incluyendo un clérigo de Grummsh. Los orcos rodearon al grupo y lograron asestar varios golpes antes que pudieran contraatacar. Sin embargo, los aventureros probaron ser demasiado para los orcos y fueron despachados con bastante facilidad. Revisando ya los cadáveres, el paladín encontró una carta en posesión del orco que lideraba el séquito, que contenía órdenes de ejecución contra cada uno de ellos, junto a sus descripciones y una firma: Wesley, el mercader de joyas de Secomber.
Siguieron camino a Loudwater, evitando acercarse a Secomber para evitar más conflictos y llegaron sin más sobresaltos al pequeño pueblo. Ismael los recibió con alegría, comida, bebida y un mensaje del druida Imandul, aquel que había quedado a cargo de investigar el líquido encontrado en la cueva de los slaads. La carta leía:
"La poción está compuesta en gran parte por rubí líquido, que se obtiene diluyendo la gema en un potente ácido y luego agregando un agente básico para nivelar la acidez de la solución. Tiene sangre de slaadi, aunque es difícil determinar el color una vez mezclada. Parte de la solución es de hierbas y pociones curativas, seguramente para mitigar el daño del resto del compuesto. Sin embargo, el ingrediente más extraño y exótico, difícil de conseguir, es agua de los ríos del Abismo, un solvente de propiedades mágicas increíblemente poderoso.
La poción actúa como un veneno, pero
está pensada para que no mate al infectado, sino que funcione en conjunto con
la biología del huésped para alcanzar el efecto deseado, que es recomponer la
gema diluida originalmente con la esencia del Abismo y los Slaadi. La necesidad
de una biología ajena a los slaadi para servir de huésped queda libre a
especulación; mi teoría es que necesitan del sistema inmune de los habitantes
del plano Material, capaz de resistir efectos adversos de distintos
tipos."
Un poco abrumados por el detalle técnico de la carta, prosiguieron con su plan y fueron a consultar al fallecido comerciante, Jonathan Chappel. El hechizo utilizado por Timmy solo funcionaba por diez minutos o hasta cinco preguntas. Cuidadosamente entonces, interrogaron al cadáver. Averiguaron que el comerciante escuchó rumores de que Loudwater iba a ser usado como "banco de especímenes" y decidió advertir al pueblo, pero fue interceptado en el camino y asesinado. Concluyeron que todos estos eventos que venían registrando estaban conectados: el slaad, el mago, las joyas, Wesley, las piedras de control... todo.
Jorah estaba determinado a encontrar las ruinas de su pueblo natal y el resto del grupo lo acompañó. El ranger Erdan los llevó a la ubicación del mapa, bordeando lo más posible el bosque, evitando adentrarse hasta llegar a una zona más cercana. Encontraron un río que se metía en el bosque, río que Jorah suponía era el que corría cerca de su pueblo. Se adentraron en la espesura del High Forest y caminaron buscando rastros pero sin suerte. El enano, para sorpresa de todos, declaró ser capaz de hablar con animales. Intentaron hablar con una pantera, pero la asustaron antes de poder entablar una conversación. Luego lo intentaron con un cuervo, que les indicó una dirección general de donde estaban las ruinas, pero no llegaron a destino. Al momento de buscar otro animal, preguntaron a una lechuza blanca, la cual respondió con llamativa soltura y en common, lo cual dió a entender al grupo que no se trataba de una lechuza ordinaria.
El diálogo con el animal se tornaba cada vez más extraño: declaraba ser un protector del bosque y conocer al paladín de pequeño, haberlo visto correr del incendio de su pueblo; luego de unos minutos, la lechuza se transformó en halcón. Inmediatamente, el grupo asumió que se trataba de un druida, seguramente uno de los cuentos sobre el High Forest que perdieron la noción de su humanidad y quedaban en permanente forma animal. Solicitaron la ayuda de este supuesto druida, el cual - ahora transformado en lobo - aceptó ayudarlos pero con una condición: debían recuperar la espada de Nezaril, un héroe medio-elfo que murió protegiendo el bosque y fue concedido el honor de ser enterrado en el bosque, siendo así el único mestizo en la historia al cual se le dio ese privilegio.
El druida, ahora transformado en serpiente, los guió hasta una entrada secreta a la cripta de Nezaril, donde el grupo ingresó con muchas dudas respecto a las intenciones de esta criatura.
Jorah estaba determinado a encontrar las ruinas de su pueblo natal y el resto del grupo lo acompañó. El ranger Erdan los llevó a la ubicación del mapa, bordeando lo más posible el bosque, evitando adentrarse hasta llegar a una zona más cercana. Encontraron un río que se metía en el bosque, río que Jorah suponía era el que corría cerca de su pueblo. Se adentraron en la espesura del High Forest y caminaron buscando rastros pero sin suerte. El enano, para sorpresa de todos, declaró ser capaz de hablar con animales. Intentaron hablar con una pantera, pero la asustaron antes de poder entablar una conversación. Luego lo intentaron con un cuervo, que les indicó una dirección general de donde estaban las ruinas, pero no llegaron a destino. Al momento de buscar otro animal, preguntaron a una lechuza blanca, la cual respondió con llamativa soltura y en common, lo cual dió a entender al grupo que no se trataba de una lechuza ordinaria.
El diálogo con el animal se tornaba cada vez más extraño: declaraba ser un protector del bosque y conocer al paladín de pequeño, haberlo visto correr del incendio de su pueblo; luego de unos minutos, la lechuza se transformó en halcón. Inmediatamente, el grupo asumió que se trataba de un druida, seguramente uno de los cuentos sobre el High Forest que perdieron la noción de su humanidad y quedaban en permanente forma animal. Solicitaron la ayuda de este supuesto druida, el cual - ahora transformado en lobo - aceptó ayudarlos pero con una condición: debían recuperar la espada de Nezaril, un héroe medio-elfo que murió protegiendo el bosque y fue concedido el honor de ser enterrado en el bosque, siendo así el único mestizo en la historia al cual se le dio ese privilegio.
El druida, ahora transformado en serpiente, los guió hasta una entrada secreta a la cripta de Nezaril, donde el grupo ingresó con muchas dudas respecto a las intenciones de esta criatura.
Extracto del diario de Dugan Ivosik, contramaestre y teniente de los Grey
Hands.
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