Sesión 6: Cormanthor en llamas

Nightal 2, 1479 DR (Year of the ageless one).

Llegamos sin inconvenientes a los alrededores de la ciudad de Iriaebor, donde el ranger Varen entrenaba al grifo que logramos capturar. Afortunadamente, tuvo éxito en su misión, y luego de algunos consejos y demostraciones, nos entregó las riendas de la bestia. Luego de algunas horas de acostumbrarnos a montar una criatura alada, y asegurarnos que respondiera a nuestros comandos, emprendimos la vuelta rumbo a la región de Damara, en busca de la primera mota de tierra.

Nightal 15, 1479 DR (Year of the ageless one).

Al llegar a la región de Damara, nos enteramos que el acceso a la mota de tierra está restringido por el gobierno de la ciudad, y sólo a personas con la debida autorización se les permite el acceso. Esto descarta la posibilidad de utilizar dicha mota, ya que no sólo no tenemos acceso, sino que además muy probablemente esté habitada, y no sirva como componente del ritual ya que no es una tierra pura. Luego de recibir estas noticias, y de una breve charla, decidimos viajar al oeste, hacia las tierras torturadas, en busca de otra de las motas. Cruzando el Bloodstone Pass y siguiendo el río Pelauvir llegaríamos a nuestro destino sin demasiados inconvenientes, o al menos eso esperamos.

Nightal 21, 1479 DR (Year of the ageless one).

Al llegar a los límites de las tierras torturadas, el desolado paraje nos llama la atención. El terreno mismo parece haber sido azotado por fuego y hielo, hasta convertirse en una estéril planicie plagada de rocas afiladas como dagas, que hacen que cualquier paso en falso pueda ser mortal. Bordeando las tierras por el norte, justo antes de llegar al gran glaciar, avanzamos hacia el oeste hasta acercarnos lo más posible al volcán que descansa en el centro de esta peligrosa región. Al llegar al pie de las montañas, comenzamos a bordearlas en dirección al volcán, donde pudimos llegara a ver una mota de tierra flotando a una distancia accesible del suelo.

Al acercarnos, logramos distinguir algunas figuras humanoides que luego confirmamos se trataban de gnolls, y utilizando el grifo pudimos localizar un arquero gnoll apostado en la mota, junto a una criatura alada. Obviamente custodiando la región nos preparamos para el combate inminente. Afortunadamente, el grifo resultó invaluable en el combate, ya que nos permitió una gran libertad de movimiento en un terreno que de otro modo hubiese sido muy complicado de transitar. Luego de derrotar a las criaturas aladas de los gnolls, el peligro se redujo considerablemente, y los restantes enemigos cayeron presas fáciles de nuestros ataques desde lo alto.

Luego del combate, y examinando con más detalle la mota, concluímos que está prácticamente pura, sin intervenciones de seres vivientes salvo los gnolls que aparentemente la utilizaban simplemente como puesto de vigilancia. Tomamos una cantidad suficiente de esta tierra, para luego emprender el regreso a Shadowdale.

Río Duathamper (Elvenflow) en Cormanthor

Nightal 29, 1479 DR (Year of the ageless one).

Los días previos al comienzo del nuevo año nos trajeron un inquietante suceso. Al llegar nuevamente a la región de Cormanthor, ya con ambos componentes del ritual que nos permitiría explorar las tierras afectadas por la plaga, mi corazón se detuvo por un instante al ver sendas columnas de humo levantándose desde distinas partes del extenso bosque. Cormanthor estaba en llamas.

Mi primera reacción fue viajar inmediatamente a Shadowdale para comprobar personalmente la magnitud de la catástrofe. Luego de una breve discusión con el grupo, creo que todos asumimos que el efreet que liberamos de su prisión es el responsable de lo que está ocurriendo en el bosque, y decidimos (ya no tan unánimemente) hacer lo posible por restaurar la paz en las dalelands, viajando hasta el volcán que una vez exploramos, y que creemos es el origen de las llamas. Decidimos por lo tanto, viajar al sur hacia los Thunder Peaks, pasando por el camino que lleva a Shadowdale.

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