Sesión 10: Atrapados en el Feywild
Luego de retornar a Shadowdale vía círculo de teletransportación, decidimos poner manos a la obra y ejecutar el ritual que nos brindará inmunidad contra la plaga. Para ello, preparamos los componentes y Davos, ayudado por Alexandria y Polka comenzaron los preparativos del ritual. Aproximadamente diez minutos después, el ritual estaba completo, y teníamos en nuestro poder diez dosis de una sustancia capaz de brindar completa inmunidad contra la plaga al que la beba por un período de tres horas aproximadamente. Además, es capaz de actuar como repelente contra criaturas infectadas de bajo poder.
Con estas pociones en nuestro poder, decidimos investigar alguna zona afectada por la plaga en busca de algún indicio de cómo se podrían revertir sus efectos. Para eso, decidimos visitar Ormpetarr, antigua capital del pequeño país de Sespech, la cual fue devastada durante el cataclismo. El centro de la ciudad marca actualmente el comienzo de una zona infectada, y es por eso que la ciudad se convirtió en un centro de peregrinación para aquellos que buscan ser afectados por la plaga y manifestar una cicatriz. Las historias cuentan de la existencia de un templo de Kelemvor que ayuda a los peregrinos que fallan en su misión, y de la presencia de la orden del fuego azul, que se encarga de organizar los peregrinajes a la tierra infectada.
Además, supusimos que es más probable encontrar objetos de la llama azul en esta zona, que según los discos de Mystra se pueden utilizar para retornar la magia al mundo. Luego de tomar esta decisión, con la cual Davos no estaba muy de acuerdo (para variar), decidimos partir a caballo rumbo a Ormpetarr.
Hammer 23, 1480 DR (Year of Deep Water Drifting).
Luego de un largo viaje, llegamos a la ciudad de Ormpetarr, o lo que queda de ella. Una ciudad destruida por la catástrofe, los pocos habitantes que quedan viven prácticamente en la miseria, y el comercio es casi inexistente salvo por el intercambio de alimentos. De los pocos edificios que quedan en pie, se destacan el enorme templo y monasterio de Kelemvor, y el templo de la orden del fuego azul. Decidimos visitar el templo de Kelemvor para obtener algo más de información de la ciudad y del peregrinaje de la cicatriz. Un clérigo se nos acercó y respondió a algunas de nuestras preguntas, mencionando tener cuidado en el trato con la orden del fuego azul, y también la existencia de una mujer conocida como Tyrangal, que oficia a veces de autoridad en la ciudad y mediadora entre el templo de Kelemvor y la orden del fuego azul.
Decidimos luego visitar la residencia de Tyrangal, e intentar tener una charla con ella. Luego de convencer a un recepcionista de brindarnos una reunión con ella, pasamos a su despacho. En esta reunión le comentamos nuestro objetivo de estudiar la plaga (sin mencionar las pociones) y le preguntamos sobre la vida en la ciudad y la convivencia con la orden del fuego azul. Finalmente, Davos se atrevió a preguntarle sobre su extraño aspecto físico (alta estatura y piel color cobrizo), y ella simplemente respondió que es un dragón de cobre. Esta revelación nos sorprendió un poco y terminamos la reunión sin decir mucho más.
Finalmente decidimos visitar el templo de la orden del fuego azul, pese a las advertencias del clérigo. Un personaje encapuchado nos recibió, y luego de una seca conversación, nos indicó que el peregrinaje consiste en sobrevivir 24 horas dentro de la tierra infectada, sin ninguna clase de ayuda o garantía. Al comprender que no íbamos a lograr nada de dicho individuo, decidimos abandonar el templo e intentar entrar en contacto con la plaga por nuestros propios medios. Para ello abandonamos la ciudad y nos acercamos a la frontera de la tierra infectada desde el bosque.
Luego de consumir cada uno una poción de inmunidad, el grupo se adentró en las ruinas de la ciudad infectada. Decidimos que yo permanecería fuera de la zona por si es necesario por algún motivo (como ocurrió durante la anterior expedición a una zona de plaga). Lo que ocurrió a partir de este momento es relato de los mismos integrantes del grupo, ya que no tuve oportunidad de participar directamente.
Una vez dentro de la parte infectada de la ciudad, decidimos buscar el templo de Corellon, el cual recordábamos existía en la ciudad antes del cataclismo. En la lejanía, se podía distinguir la silueta de una construcción importante, edificio que en otros tiempos debía oficiar de ayuntamiento. Pese a que se podía ver que aún se mantenía en pie, decidimos no dirigirnos hacia allí, concentrando nuestros esfuerzos en encontrar el templo del dios élfico.
Davos se ofrece a realizar un ritual que nos permitiría conocer la dirección en la que se encontraría el templo de Corellon. Aceptamos, y pasados unos diez minutos, obtuvimos mágicamente la dirección en la que se encuentra nuestro objetivo. Hacia allí nos dirigimos, y en el camino fuimos emboscados por un pequeño grupo de criaturas, que venciendo el efecto de rechazo de la poción, nos atacaron. El combate transcurrió sin demasiados problemas salvo para Davos que en un momento cayó al suelo tras un ataque e inmediatamente fue brutalmente atacado por un grupo de pequeñas bestias infectadas que por poco lo mandan en un viaje sólo de ida a los dominios de Kelemvor. Salvado este pequeño inconveniente, y luego de recobrar el aliento, proseguimos la marcha.
Finalmente logramos encontrar los restos de lo que en una época fue el templo de Corellon en Ormpetarr. Completamente abandonado y sin rastros de vida alguna, recorrimos su interior buscando algo que llame la atención. Afortunadamente y gracias al esfuerzo de todos, encontramos un pasaje oculto bajo el altar del templo. Orgok se encargó de mover la pesada piedra, y uno a uno nos adentramos en un túnel natural que serpentea en dirección al bosque. Encendiendo una sunrod, y asumiendo que descubrimos un camino oculto desde el templo hacia el bosque, seguimos recorriendo el túnel en el cual la presencia de la plaga era evidente, durante algunos minutos.
Finalmente logramos divisar a lo lejos, y gracias a la potente luz del cetro, que el túnel desemboca en una caverna de forma aproximadamente circular, de unos quince metros de diámetro. En su centro pudimos ver un retoño de árbol de no más de un metro de alto, milagrosamente intacto y sin rastros de infección. Un rápido examen revela la presencia de un aura mágica proveniente del árbol y una pequeña bolsa con restos de semillas a sus pies. Al acercarse al centro de la caverna, Polka nota que en su mochila algo comienza a vibrar. Buscando entre sus pertenencias, la pixie saca el espejo de electrum que encontramos entre las pertenencias de un ogro mientras nos dirigíamos al nodo de tierra. Pudimos ver claramente como el espejo vibraba al acercase a una sección de la pared de la caverna.
Orgok se encargó de despejar la zona de vegetación infectada descubriendo un portal tallado en la piedra misma, con los símbolos sagrados de los dioses y exarchs de los Seldarine (dioses élficos), del cual Corellon Larethian es líder. Un análisis más detallado lo identifica como una encrucijada fey, o un portal hacia el plano del feywild. En ese momento comenzamos a escuchar unos contundentes golpes provenientes de la entrada del túnel. Orgok decide entonces utilizar su hacha para remover el retoño de árbol con todo y raíces y envolverlo en un retazo de tela, mientras Alexandria, Davos y Polka intentan desesperadamente abrir mágicamente el portal hacia el feywild.
Arrojando la sunrod hacia adelante por el túnel, logramos identificar la fuente de los golpes. Un enorme ettin infectado por la plaga y cargando un tronco de árbol en una mano se abría paso lentamente y con dificultad por el túnel hacia nosotros. Afortunadamente, la deva, el enano y la pixie logran abrir el portal antes de la llegada del ettin, e inmediatamente y sin siquiera pensarlo atravesamos el portal hacia el feywild, en el momento en que el ettin irrumpía en la caverna y se lanzaba a la carga contra el arco de piedra.
Desde el otro lado del portal, y ya en el feywild pudimos ver como el ettin se estrellaba de lleno contra el arco de piedra, derrumbándolo y destruyendo por completo el portal. Una vez pasado el apuro, pudimos examinar nuestro entorno. Un bosque de gigantescos árboles nos da la bienvenida a un plano del que sólo conocemos algunas historias.
Feywild - Reino de elfos y hadas |
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