Sesión 8: Una nueva revelación

Apenas pusimos pie dentro de la habitación principal del volcán, nos recibió algo que ya habíamos visto anteriormente. Dos brazos de fuego que sobresalían por encima del río de lava comenzaron a atacarnos mientras Alexandria activaba el mecanismo del elevador que conecta con la habitación del efreet.
Bogdan y Orgok se acercaron a los brazos utilizando los restos de un puente que cruzaba la lava, para poder ponerse al alcance de sus armas, mientras la criatura nos atacaba lanzando bolas de lava. Utilizando las columnas en la habitación como protección contra los proyectiles, Alexandria, Polka y Davos atacaron los brazos con sus conjuros, mientras que Duncan atacaba con su arco no mágico. Afortunadamente, los brazos no eran muy resistentes, y rápidamente cayeron ante los ataques. Inmediatamente luego que los brazos se fundieron en la lava, se levantó un enorme torso de fuego que nos atacó brutalmente con golpes y proyectiles de lava, al tiempo que invocaba un extraño ritual. Descubrimos que la espada de Bogdan, Lengua de Fuego, le confería cierta protección contra los proyectiles de lava de la masiva criatura.

Luego de algunos segundos de intercambio de golpes, y después de derribar una de las columnas donde se escondía la deva, la criatura completó el ritual, se sumergió nuevamente en la lava y reaparecieron los brazos.
Volvimos a destruir los brazos, y esta vez Alexandria, Davos y Polka se concentraron en interrumpir el ritual de la criatura para evitar que regenere sus extremidades. Esto facilitó el combate, ya que nos permitió enfocar todos nuestros ataques en el torso del elemental.
Davos utilizó con mucho éxito un conjuro que crea una zona que debilita a la criatura, ya que la posibilidad de mover y sostener la zona, combinada con la poca movilidad del elemental lograron que el efecto debilitador estuviera casi siempre activo.

Igualmente el enorme elemental es una criatura temible aún debilitado, y luego de algunos tensos minutos de combate, Bogdan logra estamparle un buen golpe, y canalizar todo su poder de guardia negra para infligirle daño de frío, lo cual es muy efectivo y lo deja visiblemente debilitado. Pocos segundos después, logramos derrotar a la criatura, la cual estalla en una violenta explosión, bañando en lava a Bogdan, Orgok y Duncan que se encontraban cerca, pero sin consecuencias importantes más allá de alguna quemadura.

Luego del combate y de recuperar el aliento, revisamos la habitación del efreet, donde encontramos la conocida esfera planar, abierta y con un portal en su interior. Alexandria nos informa luego de examinar el portal que su destino es el caos elemental, y el portal es de ida y vuelta. Mirando a través de él, logramos ver una extensa llanura de tierra rojiza, y avanzando hacia nosotros, varios grupos de elementales de fuego. Calculamos que demorarían un par de horas en llegar hasta el portal. Intentamos cerrarlo, pero nos fue imposible sin la llave que lo activa. Davos ejecuta un ritual que nos indica que la llave se encuentra en el plano elemental, cruzando el portal, probablemente en poder de Al'ar.

Decidimos recorrer el resto del volcán ya que no hay nada que podamos hacer de momento con el portal. Logramos encontrar algunas de las criaturas que trabajan la mina, una especie de kobold con rasgos elementales de fuego. Luego de interrogarlo descubrimos que estas criaturas trabajan la mina bajo las órdenes de Al'ar, básicamente haciendo armas para un propósito desconocido. Pese a que no me agradaba la idea, era necesario deshacerse de las criaturas para que no pudieran informar al efreet de nuestras andanzas, y así lo hicimos. Luego, emprendimos la vuelta a Shadowdale para comunicar a Storm las novedades.

Hammer 8, 1480 DR (Year of Deep Water Drifting).

Al llegar a Shadowdale y encontrarnos con Storm, nos sorprendió la presencia de Elminster, dentro de la torre, sentado a la mesa con el grupo de harpers que conocimos hace unos pocos días. Mucho se había hablado de la locura del mago, pero por lo que pudimos ver, o fue todo un engaño, o recupero la cordura en algún momento. Luego de comunicarles a todos las novedades en el volcán, Storm nos recomendó viajar a Myth Drannor, ya que los eladrin de la ciudad accedieron a prestar ayuda a todo aquel que intentara solucionar el problema de los elementales.

Luego de esto, Elminster comenzó a hablar, y la seriedad de su semblante nos preocupó un poco. Nos contó cómo el grupo de aventureros que se encuentran en este momento en su torre logró recuperar de un antiguo templo oculto de Mystra, unos discos de platino que tienen grabadas las últimas palabras de la diosa de la magia. Durante meses, Elminster y Storm se dedicaron a descifrar y traducir el contenido de los discos. En breves palabras, los discos contienen las intrucciones para realizar un ritual que podría traer de regreso al mundo a la diosa de la magia, pero lo que preocupa al anciano mago es el mensaje final de Mystra. Nos leyó textualmente los últimos párrafos de los discos, los cuales transcribo aquí como mejor los recuerdo.

“Para aquellos que escuchen mis últimas palabras, sepan que con mi partida, muchas cosas cambiaron. Pese a las catástrofes que seguirán a mi muerte, hay algo ajeno a ellas que me preocupa.
Durante mucho tiempo sentí su presencia más allá de los confines de este mundo. Una presencia extraña, que ni yo pude comprender. Sentí su voluntad que se extendía sobre el mundo cual tentáculos abrazando una presa. Conocí el miedo que ni los antiguos lores elementales me hicieron sentir, cuando el mundo era uno sólo.
Una conciencia que avanza inexorablemente, buscando la manera de engullir completamente la vida de este mundo. Pánico.
Diseñé y ejecuté un ritual. Desde aquellos días, libro una batalla personal y secreta contra lo desconocido. Cuando los dioses caminaron la tierra, el ritual se interrumpió. Mi afán por recuperar mi puesto rápidamente me llevó a encontrar el fin a manos de Helm. Afortunadamente, Midnight se sacrificó y asumió mi puesto, continuando con el ritual.
Ahora, ese ritual ya no existe. La barrera que durante tantos años mantuve a fuerza de voluntad, se fue con él.
Para aquellos que escuchen mis últimas palabras, miren hacia las estrellas. Se están acercando.”

En estos párrafos se habla de una amenaza desconocida aún para la misma Mystra. No hay datos específicos en los que basarse, pero Alexandria hace una conexión con el reino lejano, lugar de origen de las criaturas aberrantes. De cualquier modo, Elminster nos sugiere que tengamos estas palabras en mente y no tomemos a la ligera el mensaje de la diosa.

Luego de recibir el mensaje, nos reunimos con el grupo a deliberar sobre nuestro siguiente paso. El ritual de resurrección de Mystra está fuera de nuestro alcance por ahora, así como también la búsqueda de los fragmentos de la vara de Karsus. Los posibles cursos de acción incluyen la ejecución del ritual de protección contra la plaga y la búsqueda de información sobre la cura, y la resolución del conflicto con los elementales de fuego en el bosque de Cormanthor. Luego de una larga discusión, decidimos viajar a Myth Drannor a hablar con los eladrin, e intentar poner fin a la invasión de elementales que de cierto modo desencadenamos.

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