Sesión 6: El castillo en las colinas

La mañana de Eleasias 10, luego de descansar del agotador viaje desde Athkatla, Midnight decide revisar algunas tabernas de la ciudad de Baldur's Gate buscando rastros de Aran Linvail, del cual tienen un retrato. Para contactarse con él, deja varios mensajes en estas tabernas, pidiéndole encontrarse dentro de dos días en un lugar determinado de la ciudad, más precisamente una de estas tabernas. Mientras Midnight realiza el trabajo detectivesco, el resto intenta encontrar otras maneras de ubicar a Aran pero dado que no cuentan con mucho dinero, descartan la posibilidad de utilizar algún ritual, y se dedican a esperar un par de días y ver si la estrategia de Midnight dá resultado.

Pasan un par de días dedicados a recorrer la ciudad y aprender un poco de la zona donde se encuentran. La noche de Eleasias 12, se dirigen al punto de encuentro pactado, y encuentran en una mesa tomando una cerveza, una persona que parece ajustarse bastante bien al dibujo que tienen de Aran Linvail. Luego de comprar algunas bebidas, se acercan a la mesa y se sientan junto a él. Comienzan una larga charla en la cual el grupo le comenta que tienen el mismo problema con la memoria, y que a ellos les ocurre desde mucho antes, y que la pérdida de memoria es cada vez mayor. Aran luego les cuenta que está trabajando para una organización conocida como los Harpers. Fué contactado en Athkatla por uno de sus agentes, el cual le explicó un poco la situación, y le encomendó la misión de encontrar a uno de los agentes del responsable de todo el problema. Este agente se cree que habita en la ciudad de Baldur's Gate, y por eso Aran viajó hasta aquí. Sus dos compañeros de desventuras decidieron emprender otros rumbos, uno hacia su tierra natal hacia el este, y el otro hacia el sur, con rumbo desconocido.

Cuando le preguntan sobre el individuo que le encomendaron buscar, Aran les cuenta que a través de los Shadow Thieves, logró obtener cierta información. Parece que esta persona, un guerrero humano según los informes, está habitando actualmente en las ruinas de un viejo castillo, en las colinas al norte de la ciudad. Es un lugar peligroso, habitado por bestias y la ocasional banda de saqueadores que busca refugio. Las colinas se caracterizan por ser muy ricas en minerales, pero hasta ahora nadie ha intentado sacar provecho de eso. Las razones por las cuales esta persona se encuentra en ese lugar son desconocidas. Luego de darles esta información, les dice que él piensa regresar a Athkatala a contactarse de nuevo con los Harpers para comunicarles las nuevas. Luego de una amigable despedida, designan tabernas en Athkatla y Baldur's Gate por si en algún momento necesitan intercambiar información, y luego el grupo se retira de la taberna.

Al día siguiente, emprenden la marcha hacia el norte, con destino a la fortaleza en las colinas, sin saber a ciencia cierta con qué se van a encontrar. Luego de un día de viaje sin inconvenientes, llegan a las ruinas del castillo, y se acercan sigilosamente. Antes de llegar a lo que en una época fué el salón principal, logran ver unas rudimentarias escaleras que descienden en la oscuridad y llegan hasta un túnel. Baltasar avanza con su flamante espada irradiando luz, iluminando el túnel. Midnight se adelanta hasta llegar a una puerta con unas inscripciones en un lenguaje que no logra comprender. La puerta abierta, comunica con una habitación que serpentea unos metros, y desemboca en otra puerta similar, para luego continuar en otro túnel. Al adentrarse en la habitación,  las puertas comienzan a brillar con un resplandor verde, y Midnight retrocede inmediatamente. Cuando el resto del grupo llega hasta la puerta, Mira puede leer la inscripción, escrita en el lenguaje de los enanos: "El pasaje se paga con sangre - pie por pie, ooze por ooze"

Cuando entran en la habitación, las puertas comienzan a brillar nuevamente, y al avanzar unos pasos más, caen y se cierran completamente, encerrando al grupo en el lugar. Inmediatamente, comienzan a salir unas criaturas verdes y pegajosas de algunos agujeros en el suelo de la habitación y los atacan. El combate contra las criaturas es sangriento, y si bien son lentas y torpes, sus poderes de ácido y su aura dañina hacen mella en el grupo. Al destruir una de las criaturas, las puertas se abren un poco, y otra la reemplaza desde uno de los agujeros. Cuando el grupo mata seis de estas criaturas, la puerta se abre lo suficiente como para permitir el pasaje, y rápidamente cruzan la habitación evitando en lo posible los golpes. En la huida, Dayereth y Midnight caen inconscientes. Dayereth es arrastrado por Baltasar y Mira hasta el otro lado de la puerta, mientras Kalkennash en su forma de bestia cruza la habitación en rescate del elfo oscuro, que se encuentra agonizando en el extremo opuesto del cuarto. Cuando llega, le administra una poción curativa, e inmediatamente el elfo se torna insustancial y se esconde entre las sombras, logrando llegar sin problemas hasta la puerta, mientras que Kalkennash es rodeado por todas las criaturas, y a puro golpe se abre camino hasta la salida. Cuando todos logran cruzar la puerta, éstas se vuelven a abrir, y las criaturas se retiran a sus agujeros. Maltrechos, descansan unos minutos recuperando el aliento, para luego seguir recorriendo el oscuro túnel.

El túnel continúa descendiendo levemente hasta llegar a un puente de madera, que cruza un pozo de unos diez pies de alto, en cuyo fondo se puede ver un líquido oscuro. Midnight se adelanta y ve en el techo del lugar, varios pares de ojos brillantes. Kalkennash al ver la escena, cambia a su forma de bestia y pega un rugido, lo que despierta a varios murciélagos que colgaban del techo. Los murciélagos los atacan pero el grupo decide ignorarlos y cruzar rápidamente el puente. Cuando estaban llegando al otro lado, Kalkennash y Midnight divisan un pequeño resplandor en una de las esquinas del cuarto, flotando en el agua. Bajan por una pequeña escalera hasta llegar a la fuente del brillo, y descubren una bolsa con algunas monedas y un objeto, el cual guardan en la mochila para examinar más adelante. Inmediatamente retornan al puente y siguen camino por el túnel. Los murciélagos los atacan por unos breves instantes, para luego volver a su lugar de reposo en el techo oscuro de la caverna.

Finalmente el túnel desemboca en una amplia habitación, donde se puede ver una importante puerta cerrada en el extremo opuesto al túnel, y cuatro estatuas dispuestas a ambos lados de la puerta. En el otro extremo de la habitación, cuatro pedestales brillan con luces verdes y anaranjadas, igual que las estatuas, y ambas hojas de la puerta. Al adentrarse en la habitación, las estatuas cobran vida, y comienzan a atacarlos. Luego de comprobar la gran fortaleza física de las estatuas, y que al golpearlas, sus armas adquirían una energía del color de la estatua atacada, que les impedía golpearla nuevamente, teniendo que alternar golpes entre ellas para poder dañarlas, lograron derrotarlas, no sin antes sufrir unos cuantos duros golpes de sus manos, o de grandes piedras que les arrojaban. Al destruir una estatua, uno de los pilares de color correspondiente se derrumbaba, y al derrotar a las cuatro, y una vez que todos los pilares se derrumbaron, la puerta comenzó a abrirse lentamente dejando ver lo que les esperaba del otro lado.

Comentarios

Entradas populares