Sesión 8: La tríada
Mientras el grupo espera intentando encontrar rastro del contacto con los agentes del recolector, Kalkennash decide inspeccionar un poco las alcantarillas buscando una entrada alternativa a la taberna, sin mucho éxito. Mira decide informarle al grupo que recibió nuevas órdenes de sus superiores en los Harpers, y que no va a poder acompañarlos en la búsqueda. Sin embargo, piensa seguir la investigación por su cuenta utilizando sus propios medios, y acuerdan encontrarse en el templo de Kelemvor en Curst cada 5 días, empezando por el primer día de cada mes, para luego de tener todas las llaves, y contar con la ayuda de los Harpers, dar la estocada final al recolector de almas.
Finalmente, y ya avanzada la madrugada, Midnight y Snake deciden revisar sigilosamente las habitaciones de la taberna, y encuentran a su objetivo en una de ellas. Amenazantes, le obligan a revelar más información sobre los agentes del recolector, además de recuperar parte de las monedas que les había cobrado, y dejarlo maniatado y encerrado en el baño de su habitación, para evitar correr el riesgo de que informara a sus superiores. Luego, deciden dirigirse al distrito de los puertos, con el objetivo de bajar a las alcantarillas y encontrar a los restantes agentes del recolector.
Usando la nueva información obtenida, ingresan en las alcantarillas por una entrada en la calle principal, y siguen el túnel sin desviarse, rumbo al puerto, donde se supone que se encuentra el escondite de los agentes. En el camino se cruzan con algunas ratas, lideradas por dos hombres rata, los cuales intentan detenerlos. Se deshacen de las inmundas criaturas sin demasiados problemas, pero Midnight y Dayereth se dan cuenta, luego del combate, y de ser mordidos por algunas de estas criaturas, que se empiezan a sentir un poco afiebrados. Sin darle demasiada importancia al asunto, y apremiados por la situación, siguen avanzando por el túnel hasta que eventualmente llegan a una pesada puerta de madera, cerrada con llave, donde Kalkennash logra escuchar ruidos de movimiento desde el otro lado.
Además, mientras inspeccionan los alrededores, el druida encuentra en las paredes a ambos lados del túnel, dos puertas secretas, las cuales logran abrir usando las habilidades de Midnight y Snake. Abren las puertas con un ruido de piedra desplizando sobre piedra, y los reciben dos túneles que a los pocos metros se desvían hacia el lado de la habitación. Al final de ambos túneles, otras dos puertas secretas les impiden el paso. Luego de abrirlas silenciosamente, las abren, e inmediatamente se encuentran en el interior de una amplia habitación, con un gran pozo lleno de un líquido oscuro y jaulas colgando del techo suspendidas sobre el pozo. A ambos lados del pozo, dos grandes círculos con runas están dibujados en el suelo de la habitación. Más atrás, logran ver un laboratorio de alquimia y algunos catres donde reposan una decena de cuerpos inmóviles.
Detrás del laboratorio, y apoyado en un cetro y vestido con pesadas túnicas oscuras, los espera Samus Avonathemon, líder de la tríada, y el más influyente de los agentes del recolector de almas. Junto a él, pueden ver un pequeño kobold, vestido con pieles raídas, y rodeado de un enjambre de ratas, que lo siguen a todos lados como fieles mascotas, recorriéndole el cuerpo y chillando intermitentemente. A unos pocos metros de ellos, y recorriendo los catres con cuerpos, pueden ver un humano ataviado con una armadura completa de metal negro, un escudo colgando de su espalda, un cetro en su mano, y un notorio símbolo sagrado colgando de su cuello. Lareth, clérigo de Bane los mira con odio entrar en la habitación, e inmediatamente comienza el enfrentamiento.
Midnight, Snake y Kalkennash ingresan por la puerta secreta de la izquierda, mientras que Baltasar y Dayereth por el lado derecho. La iniciativa la toma el kobold, que avanza hacia el lado izquierdo, donde Midnight, Snake y Kalkennash intentan tirarlo al líquido oscuro en el centro de la habitación, estando muy cerca de lograrlo. Con mucha agilidad y una increíble suerte, el kobold logra quedar agarrado del borde en las tres ocasiones que lo empujaron hacia el pozo. Mientras tanto, Baltasar abandona a Dayereth luego de salvarlo de un efecto inmobilizador que el hechicero le había aplicado, y se dirige al resto de sus compañeros, que estaban siendo atacados por Lareth, el cual estaba intentando tirarlos hacia el pozo con potentes ataques mentales.
Dayereth mientras tanto, avanza hacia Avonathemon, y logra empujarlo hacia el pozo, pero el hechicero evita la caída y al verse amenazado cuerpo a cuerpo por el guerrero, lo toca con su cetro, dominándole la mente por completo. Dayereth entonces comenzó a avanzar hacia sus propios compañeros con intenciones poco amigables, controlado por el mago. Eventualmente logran tirar al kobold al pozo, el cual lo deja fuera de combate por unos segundos, suficiente para permitirles atacar al clérigo hasta dejarlo seriamente dañado. Éste sin embargo, logra derribar a Snake con sus poderosos ataques. El kobold finalmente logra trepar de nuevo hacia la batalla, y Avonathemon, ya libre de la amenaza de Dayereth, le aplica a Midnight un terrible ataque a distancia, que lo aprisiona con un tentáculo de pura energía necrótica y lo lanza contra el piso dentro de uno de los círculos dibujados en él y dejándolo momentáneamente aturdido. Unos segundos después, una fuerte explosión dentro del círculo lanza al maltrecho drow por los aires, dejándolo inconsciente cerca de los catres con cuerpos, los cuales se empiezan a mover luego de un movimiento de la mano del oscuro hechicero.
Baltasar logra levantar a Snake con sus poderes curativos, y mientras el resto se encarga de terminar de derribar al kobold y al clérigo, éste se dirige rápidamente hasta el otro lado de la habitación, con salto acrobático a través del pozo incluído, intentando llegar a tiempo para salvar al drow, que estaba en estado grave luego de la paliza recibida. Eventualmente llega a administrarle una poción curativa, y luego, cuando sólo quedaba el mago en pie, Dayereth logra liberarse del hechizo de control mental, no sin antes asestarle un par de golpes a Kalkennash, que lo miraba indignado. Una vez que el grupo concentra sus ataques en Avonathemon, éste cae inevitablemente ante los múltiples golpes, e inmediatamente el grupo se toma unos minutos para recuperar el aliento, todos magullados con la excepción de Baltasar, que no llegó a sufrir muchos golpes.
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